¿Quién puede beneficiarse de un

¿Misa sensorialmente amigable?

A primera vista, una misa sensorialmente amigable podría parecer diseñada solo para personas con necesidades específicas. Pero lo cierto es que este tipo de liturgia puede ser una bendición para todos.



En una misa sensorial, el ritmo es más suave, el ambiente más tranquilo y la bienvenida más amplia. Los ajustes —iluminación más tenue, música más suave, instrucciones simplificadas— nos dan a todos la oportunidad de relajarnos, respirar y entrar en oración con más intención.

Una misa sensorialmente amigable crea un ambiente tranquilo y apacible que ayuda a las personas con autismo a sentirse bienvenidas y capaces de participar en el culto. Los feligreses pueden demostrar el amor de Cristo ofreciendo paciencia, comprensión y cálida hospitalidad.

Las personas con discapacidades del desarrollo aportan dones únicos a nuestra parroquia, y una misa adaptada a los sentidos ayuda a eliminar las barreras que impiden su plena participación. Estamos llamados a ver a la persona primero, ofrecerle ánimo y celebrar cada expresión de fe.

Quienes enfrentan problemas de salud mental pueden encontrar un apoyo especial en el ritmo más lento y el ambiente más tranquilo de una misa sensorial. Nuestra amabilidad, respeto y oraciones pueden ayudarlos a sentirse seguros y valorados en nuestra familia parroquial.

Una misa sensorialmente amigable ofrece un espacio compasivo para que las personas con pérdida de memoria y sus cuidadores puedan celebrar su culto sin estrés. Al recibirlos con cariño, afirmamos su dignidad como hijos amados de Dios.