Salud mental y adoración


La salud mental es fundamental para nuestro bienestar general. Afecciones como la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros problemas de salud mental pueden afectar la experiencia de la misa. Los espacios concurridos, los ruidos fuertes o los movimientos inesperados pueden aumentar la ansiedad. El miedo a ser malinterpretado o juzgado puede dificultar la participación en la vida parroquial.


Una misa sensorialmente amigable ofrece un ambiente especialmente acogedor. El ritmo más suave, el volumen más bajo y un ambiente más relajado pueden ayudar a reducir el estrés y facilitar la concentración en la oración. Transmite un mensaje contundente: no estás solo y perteneces a este lugar.


¿Cómo podemos ser más acogedores?

  • Lidera con compasión. Puede que no veas las dificultades de los demás, pero tu amabilidad puede marcar la diferencia.
  • Respete el espacio personal. Algunas personas podrían no querer estrechar la mano; sea comprensivo.
  • Evite las suposiciones. Los problemas de salud mental pueden afectar a cualquiera.
  • Oren unos por otros. Incluyan en sus intenciones personales a quienes enfrentan problemas de salud mental.


Cuando creamos espacios donde aquellos con problemas de salud mental se sienten seguros y bienvenidos, reflejamos la misericordia de Cristo de una manera poderosa.