Dando la bienvenida a las personas con autismo


¿Por qué ofrecemos una Misa Sensorialmente Amigable? Porque toda persona merece sentirse verdaderamente bienvenida en la casa de Dios. Para las personas con autismo, asistir a una misa típica puede ser a veces abrumador. Luces brillantes, música alta, ruidos inesperados, olores fuertes o espacios abarrotados pueden ser difíciles para quienes tienen sensibilidades sensoriales elevadas. En una Misa Sensorialmente Amigable, se realizan ajustes para crear un ambiente más tranquilo y apacible, permitiendo que quienes de otra manera se quedarían en casa se unan a nosotros en el culto.


¿Cómo ayuda esto?

  • Una iluminación más baja y una música más suave ayudan a reducir la sobrecarga sensorial.
  • Menos sonidos repentinos y ritmos claros y predecibles crean una sensación de seguridad.
  • Un ritmo acogedor permite que las familias se relajen, sabiendo que no tienen que apresurarse ni sentirse “estrobantes”.


¿Cómo puedes ayudar los domingos?

  • Ofrece una sonrisa cálida en lugar de una mirada curiosa.
  • Tenga paciencia con los movimientos, ruidos o comportamientos que puedan parecer diferentes.
  • Dé espacio si es necesario u ofrezca ayuda si es apropiado, respetando siempre los límites personales.
  • Recuerde: cada persona en la Misa pertenece aquí, plena y completamente, como parte del Cuerpo de Cristo.


Cuando acogemos a quienes experimentan el mundo de forma diferente, reflejamos con mayor perfección el amor de Cristo. Seamos una parroquia donde cada persona, neurotípica o neurodivergente, sienta que realmente pertenece.